jueves, 11 de abril de 2013

El Hombre que Sostenía al Mundo


El mundo se partía. Se partía en dos, tal vez. No se podía vislumbrar el final de aquella grieta gigante decidiendo su futuro ahora. Y cuando culminó, se vio arrojada a la ranura entre los bordes de la Tierra, sobrantes, que se desprendían uno del otro para vagar por siempre a través del espacio sin sentido alguno. Lloraba ella con el dolor de su alma, al no haber sabido terminar bien las cosas.

Todo llegaba a su fin. Ella se volcaba al vacío.

Pero mientras atravesaba el espacio a 9.8 metros sobre segundo al cuadrado, mientras el mundo se iba partiendo al paso que ella caía, para cederle el lugar, el hombre que sostenía al mundo, sin propósito en su vida ya, sin mundo que sostener ahora, la tomó entre sus fuertes brazos y la detuvo. Ahí estaba. Vivo. Real. El misterio infinito por fin develado.

Ella era su mundo ahora. Ella era por lo único que debía preocuparse. Ella ocupó el lugar vació entre sus manos, entre sus brazos, cuando la esfera redonda en la que habitaba esa chica se vio reducida a piezas de un rompecabezas sin armar.

Ella creía en él. Y no podía sentirse más segura. Sabía que terminaría ahí una y otra vez. En los brazos del hombre que sostenía al mundo.

 


miércoles, 3 de abril de 2013

Comestible


 
Aquel chico había sido cocinado con demasiada vainilla, echado a perder. Y aquel otro tenía exceso de azúcar, muy empalagoso. Ese de allá no tenía leche y estaba extremadamente seco y el que pasa diario por mi casa, cantando fuerte para llamar mi atención no le habían puesto levadura, enclenque.

Comenzaba a desesperar y a pensar que las reposteras de la ciudad no habrían cocinado (educado) a un chico para mí, cuando, de pronto, en una pastelería ajena, una cocinera había preparado su pastelillo con las medidas exactas.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Lost and Only; Soft and Lonely


Había desaparecido, le había dejado de ver. Ya no me frecuentaba, gracias a Dios.

Ahora, cuando más debía haberse borrado, cuando ese amor congelado debía de haberse destruido, aquel fantasma vuelve a perseguirme.

Algunas veces lo hago aparecer a mi lado mientras intento conciliar el sueño. Luego le espanto como haría con una mosca que se posase sobre mis alimentos.

-Lárgate, ¿quién te crees?

Pero, inclusive aunque fuese mi propia mente que respondería con su voz, es mi propia mente la que responde, la cínica, sin siquiera fingir ser él, me dice:

-Él es tu dueño. Él es tu todo. Es tu sueño. “Perdido y único, suave y sólo, extraño como ángeles bailando en las más profundas aguas, revolviendo en el agua…”

Cierro los ojos y alejo el pensamiento. Alejo, Alejo, Alejo… ¡Me lleva!

Y ahora, es él quien me dice:

-Lo recuerdas, yo lo sé. Y no soportas a los demás. No soportas escucharlos y leerlos. Sus frases burdas y comerciales, sus chistes secos y sin inteligencia, su amor sin brillo como una vela durante el día, su amor convenenciero.

Él lo sabe, sabe que esas palabras que ellos me dirigen, el 95% son sólo palabras. Y sabe también, que las palabras que yo les dedico son para llenar los vacíos en sus vidas y no sus corazones. Sabe que jamás nadie le va a superar.

Abro los ojos con prepotencia, le miro iracunda y con dificultad pronuncio mis palabras.

-Y sus besos reales, sus abrazos físicos, el roce de su piel que se siente sobre la mía, que deja huella. El olor de sus cuerpos que se queda sobre el mío todo el día.

Entrecierra los ojos y de verdad desaparece, pero vuelve después entre mis sueños, porque sabe que le deseo, que es mi todo, que le necesito y que lo que responde a sus provocaciones sólo es mi dolor inmenso e infinito.




Theres a ghost in this room. I think I’ll name it after all of you…

Bianca needs The Cure because she feels All Time Low.